100 aniversario del nacimiento de Robert Doisneau

Robert Doisneau recibió la formación de grabador litográfico y tipográfico en París. En 1929 comienza a realizar sus primeras fotografías aprendiendo de forma autodidacta y leyendo las instrucciones de las cajas de emulsión para revelar. Comenzó a trabajar en un estudio fotográfico que posteriormente compraría al morir su dueño. En 1931 comienza a trabajar

con el artista André Vigneau gracias a sus conocimientos como grabador, éste le introduce en el mundo de la fotografía como arte. En una entrevista con El País Semanal en 1991 contaba «Cuando yo empecé, nadie conocía a nadie. No había revistas que difundieran la obra de los fotógrafos más interesantes. Por eso la única persona que me influyó fue Vigneau. Era formidable: escultor, pintor, fotógrafo».

Inicialmente trabajó como fotógrafo industrial y de publicidad en la factoría de Renault de Billacourt hasta ser despedido por sus repetidas ausencias, según sus palabras «desobedecer me parecía una función vital y no me privé de hacerlo». De los objetos inanimados pasó a las fotografías de gente en París y Gentilly. El 25 de septiembre de 1932, L´Excelsior publica su primera fotografía. La crisis de los años treinta le afectó, debiendo pasar una larga temporada sin encargos. Vivió en Montrouge desde 1937 hasta su muerte. El 25 de septiembre de 1993 Doisneau tomó su última foto. El 1 de abril de 1994, a la edad de 82 años, murió.

Una de sus obras más famosas fue El beso, fotografía realizada en 1950. La fotografía muestra de forma misteriosa una pareja besándose frente al ayuntamiento de París. Muchos pensaron que era una fotografía espontánea que el autor había tomado en las calles parisinas. Sin embargo, años después se supo que la pareja estaba formada por los estudiantes de arte dramático, Françoise Bornet y Jaques Carteaud de los Cursos Simon. El artista que les haría anónimamente famosos les descubrió en un café parisiense y ambos aceptaron posar delante de su objetivo dándose un apasionado beso en mitad del tumulto de la ciudad. La foto se convirtió en un icono reconocido en todo el planeta.

Al fotógrafo se le han dedicado más de un centenar de libros y varias películas. Del cartel de El beso se han vendido más de 500.000 ejemplares en todo el mundo.

 

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